domingo, 30 de marzo de 2014

VISIÓN DIVINA.

Humanidad que corre alocadamente tras el materialismo fugaz, que nutre la ambición desmedida de la moderna burguesía, y las bestias hambrientas de poder, descendientes de Caín,  la serpiente antigua y Luzbel; 

Mentes torcidas y destinadas al fracaso por la ambición, que viven el éxtasis, la lujuria, el instante que se disipa y se extingue cual pabilo que humea. 

Sin reparar en el vértigo del tiempo que a todos va arrastrando hacia el infinito, vértigo del tiempo que envejece, pulveriza, apolilla las grandes y opulentas edificaciones humanas. 

Tiempo que como viento recio se lleva todo, y al final queda el terreno llano, que simboliza el espíritu humano, y permanece después de este desenfrenado materialismo.

Cerdos que tragan y tragan, que restriegan sus trompas, arrastrados por su insaciable gula, con su mirada clavada hacia el suelo, nunca voltean hacia arriba, donde las águilas libres flotan, y contemplan de un vistazo todo, y emigran a nuevos ricos y verdosos parajes.

Riqueza preparada por el creador para aquellos que no trabajaron ni se esforzaron en ello, pues a aquel que agrada  a Dios El Señor le da, pero al pecador él le da el trabajo de amontonar riqueza  para darlo al que agrada a Dios.

Autor.
Jaime Rodríguez  Chacón.