Trasfondo bíblico 1ª. Pedro 5 y Ezequiel cap. 34
San Pedro fue un hombre intrépido, valiente, común y sencillo, que siendo un pescador, fue llamado por Jesús al extraordinario servicio de pescar hombres; al estudiar sus epístolas podemos deducir, que mucho de lo allí plasmado fue adquirido por el tiempo que anduvo con Jesús, su Maestro.
En su primera carta capitulo cinco intitulado, APACENTAD LA GREY DE DIOS.
Aunque en el original la escritura no contenía esos subtítulos, pero me gusta mas que el subtitulo en ingles, A LOS ANCIANOS Y JOVENES.
Cuando Pedro dijo: Apacentad la grey de Dios… tal vez hizo remembranza a cuando Jesús dijo que ¨vio a las multitudes como ovejas que no tienen pastor¨, esto me recuerda que cuando Jesús estaba en la cruz, y todos hacían escarnio o burla de Él dijo: Padre perdónalos porque no saben lo que hacen, es decir. No los vio como enemigos sino como victimas de satanás.
APACENTAD LA GREY DE DIOS tiene implicaciones muy amplias, el capítulo se dirige a los pastores y jóvenes.
La supervisión de un pastor debe ser capaz de cuidar a la oveja, que por naturaleza no alcanza a darse cuenta del peligro, si se encuentra en un acantilado, o por su corta visión se extravía del rebaño, el pastor tiene la capacidad de buscar y encontrar esa oveja que se ha perdido.
Recae en el pastor la gran responsabilidad de buscar a la perdida, curar a la enferma, vendar a la perniquebrada, fortalecer a la débil y hacer volver al redil a la descarriada, sin que el interés primordial sea vestirse de su lana, comer su grosura, o degollar a la engordada. O como dice Pedro: Sean ustedes los pastores del rebaño de Dios que esta a su cargo. Sirviendo como supervisores, no porque deban hacerlo sino voluntariamente, como Dios quiere que ustedes sean, no por codicia o avaricia al dinero sino ávidos por servir. No enseñoreándose sobre aquellos que están a su cargo, sino siendo ejemplos del rebaño. Y cuando aparezca el príncipe de los pastores ustedes recibirán la corona incorruptible de gloria.
Igualmente jóvenes (ovejas) estad sujetos a los ancianos (pastores); y todos sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Lea 1ª Pedro cap. 5
Ahora Pedro estampa las figuras: Los ancianos es decir: los pastores, los jóvenes: es decir las ovejas; y una figura interesante, un león rugiente, es decir el diablo. Esta advertencia: Sed sobrios y velad; porque vuestro adversario el diablo, cual león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar… Es dirigida tanto a los ancianos como a los jóvenes; un pastor a la vez también es oveja, puesto que hay, el príncipe de los pastores Jesucristo.
La figura del león rugiente se utiliza para dar a entender que un ser humano no es competencia en fuerza y capacidad intelectual para un ángel (Es decir el diablo es un ángel caído). Y sin la armadura de Dios (que San Pablo describe en detalle en Efesios) no somos sino como peones en el juego del diablo.
Esto me recuerda que alguien que conozco conto una historia de su infancia: Dice que cuando era niño, acompañaba a su papa a las labores del campo, éste se alejo de su padre, y entre unos matorrales vio a un león que se dirigía hacia el, pensó que en ese momento moriría; en eso el león se distrajo con un animal se abalanzo sobre el, con una zarpa sujeto la cabeza y con la otra le arranco la piel desnudándolo completamente.
Así nos podemos dar cuenta de la fuerza y capacidad destructiva de satanás.
Jóvenes: Aquí podemos decir que el diablo tiene sus limitaciones, actúa, trabaja en un entorno pre-delimitado y controlado o autorizado por Dios, el tiene acceso a donde esta Dios para acusar a los hijos de Dios, un ejemplo de ello es el caso de Job. En ocasiones hay personas que piensan que las paredes de una iglesia impiden la entrada del diablo, como diciendo aquí estamos seguros, pero el es el primero que llega a una iglesia para ver quien se deja usar o a quien hace caer, puesto que es un espíritu y las paredes no lo limitan.
Tiene sus limitaciones, no puede tocar el espíritu de un cristiano, pero el cristiano no debe tocar lo inmundo porque entonces estaría entrando a un área restringida que pertenece a Satanás. ¿Qué quiere decir esto? Un cristiano no debe tener revistas o ver programas de ocultismo o acudir a lugares que se mencione practique la adivinación, horóscopos, que lean la suerte; no entrar a páginas de internet peligrosas, ni acudir a antros o lugares por el estilo, sino tener autocontrol y estar alerta. Aquí esta implícita la oración y la lectura de la palabra de Dios. Todo esto nos conduce a la armadura de Dios descrita por San Pablo en efesios.
El libro The covering de Hank Hanegraaff dice: En lugar de brutos los demonios son brillantes, operan dentro de una jerarquía dependiendo de la emisión, recibo, y llevado a cabo de ordenes. Ellos emprende la guerra contra Dios, los ángeles rectos y contra nosotros.
Inteligencia, acoplamiento, estrategia, desplegamiento de tropas, comunicación de órdenes en batalla y reporte de los resultados del compromiso, son aspectos fundamentales en la guerra, ellos viven en un mundo espiritual donde hay cierta claridad de pensamiento aun entre los caídos. Sus modos operandi es: Torcer, engañar y descarriar pero están íntimamente familiarizados con la verdad que tuercen.
Así que el que piensa estar firme mire que no caiga.
Aquí en nuestro país, están sucediendo cosas terribles: Homicidios, violaciones, extorsiones, se pierden personas, todos los días hay noticias malas; y lo peor: Un régimen comunista encabezado por el presidente Andrés Manuel; pero pienso que alrededor del mundo sucede algo similar, Jesús dijo: El mundo entero esta bajo el maligno. El ladrón (el diablo) ha venido a matar, robar y destruir.
En el cuadro de violencia odio y destrucción que se mira en el mundo en general, no vemos la obra de satanás, sino solo vemos sus resultados finales.
¡Cuanta necesidad de amor tiene el mundo, Jesús dijo yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia. Vengan a mi todos los que estén trabajados y cargados que yo los hare descansar.
Jóvenes: Vístanse de la armadura de Dios; sin ella somos victimas garantizadas en la guerra invisible, pero con ella, somos invisibles.
Resistid al diablo y de vosotros huirá, acercaos a Dios y Él se acercara a vosotros.
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